*Miguel Ángel Porta:
señor, crack y mártir*
A 44 AÑOS DE LA
TRAGEDIA DE “The Strongest”
El 26 de septiembre de 1969 el equipo boliviano The Strongest, regresaba
a Santa Cruz de la Sierra, luego de jugar un partido a beneficio. Pero la nave
del Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) que
transportaba al primer equipo, había desaparecido.
El avión se
había precipitado en la localidad de Viloco, situada en la Cordillera Tres
Cruces. Lamentablemente, fallecieron los sesenta y nueve pasajeros y los cinco
miembros de la tripulación. Luego de escuchar la trágica noticia, los familiares de las víctimas,
las autoridades deportivas, los estamentos gubernamentales, la gran hinchada
stronguista y el pueblo boliviano en su conjunto, vivieron un calvario entre la
búsqueda y el rescate de los cadáveres.
Posteriormente,
se rindió un homenaje póstumo y sus cuerpos fueron velados en la Catedral de la
ciudad de La Paz.
La nómina de atigrados que perdieron la vida es: El DT Eustaquio Ortuño,
el gerente José Ayllón, el masajista Felipe Aguilar y 16 jugadores: Armando Angelacio
(Paraguay), Hernán Andretta (Argentina), Orlando Cáceres (Paraguay), Juan Iriondo, Jorge Durán,
Julio Díaz, Héctor Marchetti (Argentina),
Miguel Ángel Porta (Argentina), Jorge Tapia, Ernesto Villegas, Germán Alcázar, Eduardo Arrigó,
Oswaldo Franco (Argentina), Raúl
Farfán (Argentina), Oscar Flores y
Diógenes Torrico.
A partir de ese instante, la tarea de resurgimiento y reconstrucción de
The Strongest fue obra de muchas personas e instituciones. La colaboración
proveniente de Buenos Aires, Santiago, Lima, Río de Janeiro, Asunción y otras
ciudades suramericanas, no se hizo esperar: Boca Juniors contribuyó con dos
excelentes jugadores juveniles, Víctor Hugo Romero (Romerito) y Luis Fernando
Bastida; el Presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol, Teófilo
Salinas, dispuso la donación de veinte mil dólares; el Presidente de la
Confederación Brasileña de Fútbol, Joao Havelange, organizó un clásico carioca
entre Flamengo y Fluminense, cuya recaudación fue a beneficio del club The
Strongest.
Miguel Ángel Porta fue una de las figuras descollantes dentro del mundo
futbolístico de Atlas y referente ineludible en los barrios de Colegiales y de
Villa Crespo.
Se puede decir que Porta, junto a “Pechito” Segovia, fue el primer gran
ídolo del club y al cual aún se le debe su merecido homenaje.
Por lo que se sabe, nació y vivió en la calle Dorrego, entre la avenida
Córdoba y Cnel. Niceto Vega hasta que viajó a Bolivia para unirse al primer
equipo de The Strongest.
En su infancia y en su adolescencia jugó para el “equipo de Puga”
(Atlas) y se lo podía ver defendiendo la “Marrón” en los terrenos de La
Algodonera o en las canchas en donde jugara Atlas. Su carrera lo llevó a jugar
para Deportivo Italiano y para el Racing Club de Avellaneda. Luego partió a
Bolivia.
Siempre se destacó por ser un jugador exquisito, seguro y cuando había
que meter pierna fuerte, lo hacía. Muchos lo comparan (basta ver la foto) con
el “Mariscal” Roberto Perfumo, por su estampa y por su juego. Podía jugar en
cualquier puesto de la defensa y del medio campo; incluso hubo partidos en que
lo hizo de diez. Pero además, Miguel Ángel Porta era todo un estratega dentro
de la cancha. Sus compañeros lo tenían como un verdadero líder y eran
obedientes a sus siempre certeras indicaciones. Fuera de la cancha era un muy
buen amigo, solidario y siempre dispuesto a contener y ayudar al que lo
necesitaba.
Oscar Bosio, que fue de los pocos jugadores que jugaron en Atlas en las
dos etapas (antes y después de la afiliación en la AFA), fue uno de los mejores
amigos de Miguel Ángel Porta. Compañeros en el fútbol y en la vida, Bosio lo
tenía como a un ídolo y, aún hoy, al hablar con él lo recuerda con lágrimas en
los ojos:
“¿Qué querés que te diga? ¡Lo extraño tanto! Me hice muy amigo de él
porque sintonizábamos la misma onda en la vida y ser su amigo no demandaba
ningún esfuerzo. Miguel Ángel fue al único jugador que Puga le permitía todo,
incluso, que llegue tarde. Y casi era una rutina los días de partido: ‘Vaya
Bosio, vaya a despertarlo a Porta y que venga rápido que nos tenemos que ir’,
me decía Puga. Y yo corría hasta su casa, me atendía su hermanita y me decía:
‘Ahora lo despierto; anoche se acostó tarde’. Yo me quedaba esperando que el
muy atorrante saliera; después nos íbamos a jugar el partido… y la rompía”.
“En la cancha era todo un genio. Veía muy bien el fútbol y adentro del
campo de juego se comportaba como un verdadero técnico. Era como tener un
jugador de más. Jugar con él de compañero era robo.
Cuando ocurrió el accidente —siguió— escuché la radio y enseguida lo
llamé por teléfono a Puga y le dije: ‘Ricardo, ¿es nuestro Miguel Ángel?’.
La voz entrecortada, apagada, de Puga me contestó: ‘Sí, es él’. Después,
esperar a que llegaran sus restos, el velatorio en la sede del club Deportivo
Italiano y el entierro en la Chacarita. Fue muy doloroso. En el cementerio
había mucha gente y el panorama era desolador. Yo estaba junto a Dell’ Acqua,
Tito Alen, La Gallega Vidal y Gallo, que estaba descompuesto de tanto llorar.
Todos estábamos hechos mierda. Pero el peor momento fue cuando bajaron el cajón
cubierto con la bandera de The Strongest y la bandera de Bolivia. Fue tremendo.
Para mí, Porta fue y sigue siendo uno de mis mejores amigos. Significó
mucho en mi vida, dentro, y especialmente fuera de un campo de juego. Todo
aquél que tuvo el privilegio de conocerlo te va a decir exactamente lo mismo:
Miguel Ángel fue un gran jugador y una excelente persona”.
FESTEJO: Desde el año 2006, todos los 27 de Septiembre, la Hinchada del The
Stringest celebra el “Día del Hincha Stronguista” o “Día del Hincha Atigrado”,
por ser el natalicio de su Hincha N° 1, Don Raúl "Chupa" Riveros.
La ¿coincidencia? histórica, hace que justo ese día, pero de 1969, se
realizaba la búsqueda del avión siniestrado y la suerte corrida por los
jugadores. Entrado el día 28 y hallado el avión, se confirmó lo que todos
presagiaban. El accidente es conocido como “la tragedia de Viloco”.
Yo creo que esa coincidencia, hace que sea un justo homenaje y recuerdo
para aquellos jugadores que vistieron la camiseta “Atigrada”.
Una premonición marcó la tragedia una semana antes. The Strongest jugó
con Stormers un partido en Sucre y a la vuelta, la nave del Lloyd Aéreo
Boliviano (LAB) que traía al equipo a La Paz, sufrió un percance. Se trabó el
tren de aterrizaje y los pasajeros pasaron un susto terrible. El avión tuvo que
dar varias vueltas antes de bajar. Superado el problema, tocó tierra y uno de
los jugadores ‘atigrados’ salió pálido y con lágrimas en los ojos.
Miguel Ángel Porta, argentino, lloraba de felicidad, pero su corazón no dejaba de latir por
la emoción que había vivido en el aire minutos antes.
El técnico del equipo, Eustaquio Ortuño, se le acercó y lo animó
diciéndole:
“Hijo, no pasa nada. Aguante como hombrecito”.
Porta, tocándose el rostro, le contestó: “Profe, usted ya vivió la vida;
en cambio yo soy un pibito y tengo la vida por delante…”.
(Esta nota, “Ampliada y Corregida”, ha sido obtenida del libro: “CLUB
ATLÉTICO ATLAS”, de Miguel Ángel Giordano –Declarado “DE INTERÉS CULTURAL”)
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