* Investigación y comentarios: Miguel Ángel Giordano
(Escritoriador y Difusor Cultural)
Vecino,
amigo de todos y un gran tipo. Su bonhomía y su gran capacidad como mecánico y
como “As” del volante, no tuvieron la magnitud que se merecía y que se merece.
Lo
recuerdo, arreglando su “Forcito” en la puerta de su casa, ahí, en la calle
Vera, casi pegada a las vías del ferrocarril San Martín.
Lo
recuerdo cuando venía a mi casa a comer las empanadas de mi vieja o en el
taller de mi papá, tomarse algún vermú y charlar sobre sus carreras, mientras
que mi viejo le contaba de su amistad desde chico con Fernando Piersanti, ese
otro gran piloto del automovilismo argentino de Turismo Carretera, considerado
como uno de los grandes referentes de Ford de la época y que había debutado
allá por 1947 en las Mil Millas Argentinas, conduciendo un Ford V8 que llevaba
el número 65 y qué, al igual que “Caramelo” Galbato, Piersanti armaba sus
propios autos.
A
Galbato lo recuerdo cuando iba a su casa de la calle Vera al 1300 y siempre me
convidaba con algo, masitas, café, alguna bebida y conversábamos de autos,
aunque él me ponía cara “fulera” cuando le hablaba de “Chevrolet”, de quien yo era
hincha.
Recuerdo
a sus hijas, una de ellas era compañera de mi hermana en la escuela primaria
“Provincia del Chubut”, ahí nomás, a la vuelta de su casa, sobre la calle Humboldt.
A
Galbatto lo recuerdo cuando, por las noches, en que había poco tránsito, salía
a probar sus autos sobre la Avenida Juan B. Justo. Incluso, de día, si tenía
que poner “a punto” algo, lo veíamos pasar como un bólido por la Avenida, qué,
en aquel entonces, las dos manos tenían la mitad pavimentada y la otra mitad,
de adoquines.
Tuvo
tiempo para participar, también, en la película “Turismo de carretera”,
dirigida por Rodolfo Kuhn, sobre su propio guion escrito en colaboración con
Francisco Urondo y Héctor Grossi que se estrenó el 27 de junio de 1968.
Juan
Manuel Bordeu colaboró en el filme como asesor deportivo. El filme también se
exhibió con el título de “Huracanes en la carretera” y fue filmada parcialmente
en Balcarce y Arrecifes (Prov. Bs. Aires).
REPARTO
(Multiestelar):
Héctor
Pellegrini, María Vaner, Duilio Marzio, Dora Baret, Tito Alonso, Jorge Rivera
López, Nora Cullen, María Rosa Gallo, Oscar Viale, Marcos Zucker. Luis
Brandoni, Diego Puente, Diego Varzi, María del Carmen Valenzuela y Luis
Politti.
Y
LOS CORREDORES:
Oscar
Alfredo Gálvez, Juan Manuel Bordeu, Juan Manuel Fangio, Carlos Menditeguy, Eduardo
Casá, Carlos Alberto Pairetti y Carmelo Galbato.
Recuerdo
cuando falleció. El barrio estaba conmovido y todos le rendimos el homenaje que
se merecía.
Aún
hoy, resuenan el caño de escape de su Ford surcando “la Juan B. Justo”.
El
barrio, nunca más fue el mismo.
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Carmelo
“Caramelo” Galbato, nació en Mesina (Italia), en 1921 y falleció en Argentina, el
19 de noviembre de 1989).
Cimentó
su pasión por los "fierros" y la velocidad, en las calles ventosas de Plaza
Huincul (Provincia de Neuquén). Precisamente, una calle de ésta ciudad, lleva
el nombre de Carmelo Galbato.
Luego,
recaló en la ciudad de Buenos Aires, donde montó su taller y comenzó a ascender
dentro de los fanáticos del TC.
Fue
una figura destacada en el Turismo Carretera, sobre todo, en la década de 1960,
categoría en la cual obtuvo 5 triunfos, siendo con el primero de ellos el
ganador número 60 de la categoría.
Comenzó
su carrera en la especialidad, corriendo un Ford V8 Coupé, al que luego reemplazaría
por un Ford Falcon.
Integró
la histórica "Misión Argentina" en Nürburgring (Alemania),
compitiendo con el Torino Nº 1, en compañía de Luis Di Palma y Cacho Fangio,
abandonando por problemas eléctricos a las 49h 44m de carrera.
Triunfos:
19
/ 3 / 1961 - Autódromo de Bs As - Ford 59 AB
23
/ 4 / 1961 - Autódromo de Bs As - Ford 59 AB
03
/ 4 / 1966 - Vuelta de Necochea - Ford
F-100
24
/ 9 / 1967 - Autódromo de Bs As - Falcon F-100
22
/ 9 / 1968 - Vuelta de Allen - Falcon
F-100
LA CONFIANZA DE
FORD y “EL ANGOSTADO”
Promediando
el año 1967, el TC estaba en una etapa de grandes cambios reglamentarios, y con
el advenimiento de los autos de serie (Torino, Chevrolet 400 y Falcon) que
demostraron ser más veloces que las tradicionales “cupecitas”, se estaba
produciendo la metamorfosis que posteriormente dio lugar al Sport Prototipo y
al TC como lo conocemos hoy.
Ford Motor
Argentina volvía a la lucha en el Turismo Carretera depositando su confianza
sobre la plataforma del Falcon, un auto de serie, construido para soportar un
motor de 6 cilindros en línea y transportar a una familia tipo a una velocidad
de crucero de 120 km/h.
El 17 de agosto
de 1967, Carmelo Galbato, un piloto siempre ligado a la marca del óvalo, hizo
su aparición en una carrera organizada por el Club YPF, con un Falcon con
carrocería prácticamente original y con motor F-100 V8 sobre el que la gente de
Ford había depositado mucha confianza.
Carmelo
Galbato fue el piloto elegido para representar a la marca y Juancito Agüera
como su copiloto.
Pusieron
un gran tanque de combustible en el baúl, lo bajaron, de modo de desplazar
pesos y modificar centros de gravedad y rolido.
Cambiaron
el motor de 6 cilindros por un grueso F-100 V8, la unidad motriz más pesada de
todo el parque del TC por aquel entonces.
Carmelo no los
defraudó. Logró ubicarse 3º, detrás de los Torino Liebre MkII de Copello y
Gradassi (preparados por Oreste Berta).
Un mes más
tarde, consiguió imponerse sobre la "Garrafa" de Andrea Vianini, un muy
buen instrumento para comparar rendimientos y posibilidades.
A fines de septiembre
de 1967, justamente poco antes del triunfo de Carmelo Galbato sobre Andrea
Vianini en el Autódromo de Buenos Aires, los ingenieros de Ford Motor Argentina
concibieron la idea de construir un Falcon que aprovechase mejor las libertades
que permitía el reglamento de Turismo de Carretera.
Con una tijera
de cortar chapa, un soplete y un centímetro (para no excederse de lo indicado
por el reglamento) comenzaron a acortar y angostar un casco salido de línea de
montaje, sin descuidar tampoco la parte estética de las reformas. Es decir, que
el Falcon siguiese teniendo todas las características de tal, a efectos de no
deteriorar la imagen que el público se había formado de ese auto.
El
"Angostado" estuvo listo para la carrera de Tandil.
El 12 de noviembre
de 1967 cumplió con las Pruebas de Clasificación efectuadas en la Base Aérea,
pero el 13 no tuvo su debut oficial porque se había fisurado una de las tapas
de cilindro del motor F100 V8 que lo equipaba. de todos modos, había nacido un
nuevo nombre en el Turismo de Carretera.
Posteriormente
se construyó otro “Angostado” que debutó en el Gran Premio de 1967. Lo condujo
Galbato y fue construido íntegramente en la fábrica: primer ensayo de una
posible serie que, con la concreción del cambio de año, también se hizo realidad
ya que Pacheco comenzó a entregar cascos de “Falcon Angostados” a los
corredores que se habían anotado en una lista de optimistas postulantes.
Sobre la base de
1967 se continuó trabajando durante 1968, año en que se produjeron novedades.
Pese a los esfuerzos del equipo, el hecho concreto fue que transcurridas diez
carreras del torneo de 1968 lo mejor que la marca había podido hacer hasta
entonces fue un segundo puesto en Rafaela.
En esa carrera
de Rafaela, Carmelo Galbato venía ganando y debió retrasarse por culpa de un
parabrisas en el que se habían mezclado aceite, tierra y mariposas por partes
iguales, haciendo nula la visibilidad. Aun así, salió segundo detrás del Torino
Crespi de Rodolfo "Rolo" De Álzaga.
“84
HORAS de NÚRBURGRING”
En
la carrera de Nurburgring (Alemania), que se inició a la hora cero del
miércoles 20 de agosto de 1969 y finalizó el sábado 23, quedó en la memoria de
todos los amantes de los autos y en las páginas doradas del país.
Con
el recordado Torino 380 W, un automóvil hecho en las industrias argentinas (más
allá del aporte de algunas piezas extranjeras), puso de rodillas a las más
importantes marcas del mundo, como Mazda, Lancia, BMW, Porsche, Fiat, Renault,
Alfa Romeo, Mercedes Benz y Ford, entre otras, en la denominada “Maratón de la
Ruta”.
El
plantel de corredores de los tres Torino que representaban a Argentina, bajo la
dirección de Juan Manuel Fangio, estaban conformado por:
AUTO Nº 1: Carmelo Galbato,
Luis Di Palma y Oscar “Cacho” Fangio (hijo de Juan Manuel).
AUTO
Nº 2: Jorge Cupeiro, Gastón Perkins y Eduardo Rodríguez Canedo.
AUTO
Nº 3: Alberto “Larry” Rodríguez Larreta, Oscar “Cacho” Franco y Eduardo Copello
en el 3.
Néstor
García Veiga ofició como corredor suplente.
La
torrencial lluvia se transformó en el escenario constante de la extensa
carrera. Eso no impidió que durante las primeras 10 horas de carrera, uno de
los Torino se apropie de la cima y los otros dos se ubiquen entre los seis
primeros. Los murmullos comenzaban a hacer hincapié en aquellos feroces “Toro
de las pampas”, que sorprendían al planeta.
El
primero en abandonar fue el equipo de Cupeiro, cuando éste, a causa de las
fuertes lluvias que habían anegado parte de la pista, en combinación con la
niebla, se salió del camino, el auto se estancó y el Torino número 2 quedó
fuera de competencia.
A
mitad de la carrera, el auto del equipo de Carmelo Galbato, cuando era
conducido por Luis Di Palma, sufrió un problema cuando las luces del “Toro” fallaron
en medio de la noche. Di Palma se pegó atrás de un rival para guiarse y arribar
a boxes. Si bien arregló el problema, el inconveniente eléctrico reapareció en
la siguiente vuelta y lo hizo despistar. El cárter se rompió y el Torino Nº 1
no pudo continuar.
A
falta de 4 horas para el cierre de la extenuante competencia, el Nº 3 seguía
dominando la punta en una feroz pelea con un Lancia y un Mazda. Un comisario
deportivo se presentó a la zona de boxes con una inesperada advertencia que
sería decisiva en la definición: había que parar el auto para arreglar el caño
de escape porque superaba el límite de decibeles permitidos y el alcalde de
Adenau había realizado una queja.
Oreste
Berta arreglo el caño de escape con lo que tenían a mano, aunque sea de manera
provisoria. Fueron 14 minutos en los boxes, con su correspondiente
penalización, que terminaron marcando el futuro del Torino en la carrera. Para
colmo, la improvisada reparación duró unos pocos metros. El estruendo
reapareció.
Finalmente,
el auto finalizó en un 4° puesto con sabor a hazaña.
Si
bien finalizó detrás de un Lancia, un BMW y un Triumph, el auto argentino fue
el que más vueltas realizó (334) superando por 12 al ganador. Aunque las
penalizaciones impuestas al equipo redujeron los giros contabilizados a 315.
En
su regreso al país, una extensa e inesperada caravana de autos los esperaba en
el aeropuerto para dar cuenta de la resonancia que había tenido la actuación.
Argentina
dejó de estar dividida por unos días. Ya no era Ford, Chevrolet o Torino. Era
el rugido del motor de una nación en marcha. Era la ilusión de millones de
argentinos corriendo por la gloria.
Y
“Caramelo” - CARMELO GALBATO, fue parte de esa gloria eterna.
(Fuente de fotos
y algunos textos: http://www.historiatc.com.ar/foro/index.php?topic=3009.0
* http://fordv8argentina.com.ar/falconangostado.htm * Revista Parabrisas)
(“MEMORIONES”-
Grupo en Facebook- “Donde VIVEN los recuerdos”)
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