Escribe MIGUEL ÁNGEL GIORDANO (Escritoriador, Argentina)
En la historia de los EEUU y
de Argentina, figuran dos momentos trascendentales y gloriosos, en donde la
capacidad de “morir por un ideal” no ahorró ni una gota de sangre por
defenderlo.
Se trata de las Batallas
conocidas como “El Álamo” (EEUU) y “La
Vuelta de Obligado” (A) y es notable
las semejanzas entre ambas.
El solo hecho de participar de
un combate, es de por sí un alarde de heroísmo (¿por qué no de locura?, también) y en donde el combatiente se
despoja de todo sentimiento egoísta y se entrega a la causa con su alma y con
su vida.
En todas las batallas hay
héroes y sucesos que conmueven por su lealtad y honor, pero en éstas dos que
hoy nos convocan, fue tal la magnitud de heroísmo demostrada por los
contendientes -sobre todo de los ubicados en el bando minoritario-, que la
historia de los dos países lo remarcan como uno de los días más gloriosos y un
símbolo de dignidad y patriotismo para las generaciones futuras.
“El Álamo”,
era una pequeña misión rodeada de unas pocas y pobres viviendas, ubicada en el pueblo de San Antonio, en la
por entonces provincia mexicana de Coahuilla y Texas, hoy estado de Texas.
En ese lugar -a los pobladores
se los retiró para que no corran peligro-, se atrincheraron los soldados
liderados por el Teniente Coronel William Barret Travis
y los milicianos secesionistas texanos liderados por Jim Bowie (quien
fuera creador del famoso y legendario cuchillo de monte que lleva su nombre)
y que bregaban por la anexión de Texas al territorio de los EEUU.
Esta pequeña avanzada, se
enfrentaba al poderoso ejército de México a las órdenes del General Antonio
López de Santa Anna,
con la misión de detener el avance de las tropas mexicanas para darle más
tiempo al General Sam Houston, que trataba de afirmarse para dar la estocada
final. Suceso que ocurriría cuarenta y cinco días después de la batalla de “El
Álamo#, cuando Houston, en la batalla de San Jacinto,
sorprende, derrota y captura al General
y Presidente mexicano Santa Anna, quien firma el Tratado de Velasco,
que supuso la retirada de las fuerzas mexicanas, la independencia de facto de
Texas y el germen de la futura guerra entre México y Estados Unidos.
(General Antonio López de Santa Anna)
En la misión, transformada en
fortificación por los Texanos, había 187 hombres (aunque algunas fuentes elevan su número hasta 257, incluyendo
voluntarios civiles de última hora que no constarían en las listas oficiales)
sumando la guarnición original de algo más de 150 hombres y otros 32
voluntarios que se unieron iniciado el asedio. Estaban provistos de 21 cañones,
aunque de menor calibre que los del ejército mexicano y más escasos de munición.
El ejército de Santa Anna tenía 4.000 hombres y su artillería constaba de 20
cañones de varios calibres.
El asedio duró trece días y se
desarrolló según las tácticas militares de la época. Los mexicanos fueron atacando
las posiciones avanzadas texanas y desalojando a los defensores, que quemaron
las granjas y casas aisladas y se encerraron dentro de los muros de la misión-fortaleza.
Luego, avanzaron
progresivamente bajo el fuego de la artillería de los defensores, estableciendo posiciones sucesivas cada vez
más cercanas a los muros de la misión.
Mediante un bombardeo continuo
y varios amagos de asalto se mantenía la tensión de la guarnición mientras se
la iba desgastando y se creaban brechas para realizar el asalto final.
En la mañana del 6 de marzo de
1836, los mexicanos divididos en cuatro columnas, atacaron simultáneamente a la
fortificación por los cuatro puntos cardinales.
Las fuerzas texanas fueron
derrotadas y todos murieron en la batalla, solo se salvaron los civiles no
combatientes (mujeres, niños y esclavos)
quienes fueron respetados y se les permitió marchar libremente.
El número de bajas mexicanas trepó
hasta los 900 muertos y 400 heridos. Estas cifras muestran a las claras con qué
valor pelearon los texanos.
Todas las fuentes coinciden en
que Travis murió combatiendo, mientras que Bowie murió cosido a bayonetazos en
su lecho de la enfermería.
En el combate, perdió la vida
otro singular personaje de la historia norteamericana como lo era el explorador
y político David Crockett, que
aportó a ese pequeño ejército, 45 montañeses Tennesianos.
“El Álamo”, está considerada como la mayor gesta de la historia
local del estado de Texas y un hito en la formación de los Estados Unidos
y, desde entonces, se mantiene viva la frase de Sam Houston: “Remember El Alamo” = “Recuerden El
Álamo”. Años después se acuñaría moneda Texana con ésta
frase.
Batalla de la "VUELTA DE OBLIGADO"
Con el desarrollo de la navegación a vapor ocurrido en
la tercera década del siglo XIX, grandes navíos mercantes y militares podían
remontar en tiempos relativamente breves los ríos en contra de la corriente y
con una buena relación de carga útil.
Este avance tecnológico acicateó a los gobiernos británicos
y franceses que, siendo las superpotencias de esa
época, pretendían lograr garantías que permitieran el comercio y el libre tránsito de sus naves por el
estuario del Plata y todos los
ríos interiores pertenecientes a la cuenca del mismo.
En realidad, el objetivo era adueñarse
de todas las aguas internas de Argentina y obtener los beneficios que le
otorgaría esas importantes vías de comunicación, porque era la perfecta salida
al mar llevando las riquezas provenientes del Alto Perú, norte de Argentina y
ciudades costeras como Asunción (Paraguay).
En 1845,
a esas pretensiones de Francia e Inglaterra, se
le oponía el fuerte gobierno del General Juan Manuel de Rosas
que gobernaba la Confederación
Argentina y, aunque el país se debatía
en una interminable lucha intestina, el atropello perpetrado por las tropas
anglo-francesas unió, de cierta manera, a nuestros compatriotas, para impedir
el avance colonialista.
El planteo imperialista era
descabellado. Es como si naves Argentinas quisieran navegar “de prepo” en el
Sena o en el Támesis.
Pero, a las exigencias de los europeos, se le enfrentaba el
derecho argentino a sostener el dominio de sus ríos interiores, como inherentes
a su soberanía.
El 17 de Setiembre de 1845, el
gobierno argentino rompe relaciones con Francia e Inglaterra, pues toma
conocimiento de que un convoy comercial custodiado por buques de guerra,
remontarían el río Paraná hasta Corrientes y el Paraguay, en una clara
demostración de que no existía tal soberanía argentina sobre esas aguas.
La impresionante flota zarpa desde Montevideo en
los primeros días de Noviembre al mando de Samuel
Inglefield (Gran Bretaña)
y de Francois
Thomas Trehouart (Francia).
Constaba de 22 barcos de guerra y 92 buques mercantes,
entre los que había tres buques a vapor con el más moderno
armamento, además de varias barcas carboneras con un cañón cada una. El total
general de tripulantes era de 3.000 hombres. El potencial bélico disponía de 418 cañones y de
880 infantes de marina.
El 8 de Noviembre, la
escuadra entró en el Paraná Guazú y a los pocos días les avisan que los
esperaban los patriotas fortificados en las márgenes del río. Efectivamente, el
General Lucio Norberto Mansilla había fortificado el Paso de la Ramada, el Paraná
Pavón, la Vuelta de Obligado, el Paso del Tonelero, San Nicolás y San Lorenzo,
para detenerlos.
Para evitar muertes, numerosos
pobladores fueron retirados del lugar y, en algunos casos, se utilizaron sus
viviendas para construir las fortificaciones.
La defensa argentina solo tenía 6
barcos mercantes y 30 cañones de escaso calibre, una dotación de 160 artilleros más el apoyo de 2.000 hombres (entre soldados y milicianos), la mayor parte gauchos asignados a la caballería, al mando del coronel Ramón Rodríguez,
jefe del Regimiento de
Patricios.
La principal defensa se hizo en la Vuelta de Obligado, allí hay
un recodo de 700 metros
de ancho en donde Mansilla hizo colocar "tres
gruesas cadenas sobre 24 lanchones" e instaló al único buque de guerra, el bergantín "Republicano" al mando de Tomás
Craig, con 6 cañones, que tenía como misión cuidar las cadenas que cruzaban el río.
(Los
eslabones originales de las cadenas tenían un Peso de 3.100 gr. / Largo: 23 cm./Ancho:
14 cm. y un Espesor de 33 mm.)
En la margen derecha se
instalaron las baterías "Restaurador
Rosas" al mando de Álvaro Alsogaray; la "General Brown" al mando de Eduardo Brown; la "General Mansilla" comandada
por Enrique Palacios y la "Manuelita",
por Juan Bautista Thorne.
Al amanecer del 20 de
Noviembre de 1845, la banda de Patricios toca los acordes del Himno Nacional
Argentino, que es coreado por todos, conscientes de que no se triunfaría y
estaban preparados para morir dignamente dejando en claro la voluntad nacional.
A media mañana, el Republicano defendía a los lanchones,
pero cuando se le acabaron las municiones es volado para que no cayera en manos
enemigas.
Al mediodía, las cadenas
resistían pero las municiones se agotaban. La falta de viento impedía que
avancen las naves, por lo que toman la iniciativa los buques a vapor y va a ser
el Fulton quien intente romper la defensa, pero una bala de cañón mata al
maquinista y otras balas lo averían sacándolo de la acción. Avanza la Firebrand al mando del
capitán Hope y logra romper las cadenas.
Se levanta viento y entran
en batalla otras naves atacando a las baterías que apenas se resistían. A las
cinco de la tarde, la
Manuelita lanza su última bala y una granada deja inválido
para siempre a Thorne. La falta de fuego propicia el desembarco de 325 infantes
quienes encuentran a los defensores armados solamente con armas blancas.
Los compatriotas son
diezmados cayendo el propio Mansilla quien es reemplazado por el Coronel Crespo
que se repliega hacia las barracas.
De los 2.160 combatientes
argentinos murieron 250 y hubo 400 heridos.
Los invasores declararon 26
muertos y 86 heridos, pero en realidad y según algunos historiadores fidedignos
(sobre todo ingleses), dan que los
muertos rondan los 200 (muchos fueron
arrojados a las aguas del Paraná) y más de 300 heridos.
Las fuerzas anglo -
francesas continuaron su avance y atacaron a toda la región litoral, sucediéndose
los saqueos e incendios pero sin poder desembarcar en ningún lugar seguro,
porque los criollos siempre les caían encima. Al cabo de un año de guerra no
tenían nada. Habían fracasado.
(Bandera de la Batalla de la Vuelta de Obligado)
La batalla tuvo gran difusión en toda América. Chile
y Brasil cambiaron sus sentimientos (que hasta entonces habían sido hostiles a
Rosas) y se volcaron, momentáneamente, a la causa de la Confederación. Incluso,
algunos unitarios (enemigos
tradicionales de Rosas) se conmovieron y el coronel Martiniano Chilavert
se ofreció a formar parte del ejército de la Confederación.
El General José de San Martín,
en honor a la defensa, le donó a Rosas el sable libertador y expresó desde
Francia:
“Los invasores habrán visto que los argentinos no son empanadas que se
comen sin más trabajo que el de abrir la boca. (…) Esta contienda es, en mi opinión,
de tanta trascendencia como la de nuestra emancipación de España”.
En la batalla, murió valientemente uno
de los grandes personajes de nuestra historia, como es Antonio “El
Gaucho” Rivero, un peón de campo rioplatense que lideró el alzamiento
contra la ocupación británica de las Islas Malvinas en 1833.
Nacido en Concepción del Uruguay,
provincia de Entre
Ríos, el 27 de noviembre de
1808,
fue llevado a Malvinas alrededor de 1827 por el gobernador
argentino de las Islas, Luis Vernet, para
ejercer el oficio de peón.
El 26 de agosto de 1833,
seis meses después que los ingleses ocuparan por la fuerza y por primera vez
las Islas Malvinas, Rivero encabezó una rebelión de criollos e indígenas, desconociendo
la autoridad impuesta de los británicos.
La batalla de la Vuelta de Obligado -pese
a ser una derrota táctica-, dio como resultado
la victoria diplomática y militar de la Confederación
Argentina, debido al alto costo que demandó la operación. Implícitamente,
la resistencia opuesta por el gobierno argentino obligó a los invasores a
aceptar la soberanía argentina sobre
los ríos interiores.
Con la firma de sendos tratados, Gran
Bretaña y Francia ordenaron el retiro de su flota y se reconocía la navegación
del río Paraná, como una navegación interna de la Confederación Argentina y
sujeta solamente a sus leyes y reglamentos, lo mismo que la del río Uruguay en común con el Estado
Oriental.
Históricamente, los federales y nacionalistas argentinos han considerado el
combate de la Vuelta de Obligado como el más importante triunfo en la lucha por
consolidar y hacer respetar la soberanía de las nuevas repúblicas. Dicha gesta,
hizo que en 1973, el gobierno de Juan Perón, a pedido del historiador José María Rosa, declarata
el 20 de noviembre, como “Día de la Soberanía Nacional”.
La Batalla de la Vuelta de Obligado ha
sido recordada en los billetes de 20 pesos argentinos,
que en una cara lleva el retrato de Juan Manuel de Rosas
y en su reverso una imagen de la Batalla de la Vuelta de Obligado.
El sitio donde estuvo ubicada la
batería argentina es hoy un sitio histórico, con monumentos e inscripciones que
recuerdan el hecho.
Las arengas de los
jefes:
El
Teniente Coronel Travis, reunió a la tropa para lanzarles un discurso que si
bien se mira, no era muy alentador.
Chicos, estamos rodeados por un ejército
suficientemente poderoso para aniquilarnos de un solo golpe, la ayuda no
llegará a tiempo y no nos rendiremos jamás.
¡Ánimo muchachos, no rendirse!
¡Allá los tenéis! Considerad
el insulto que le hacen a la soberanía de nuestra patria al navegar, sin más
título que la fuerza, las aguas de un río que corre por el territorio de
nuestro país. ¡Pero no lo conseguirán impunemente!
¡Tremola en el Paraná el
pabellón azul y blanco y debemos morir todos antes que verlo bajar de donde
flamea!
Las palabras vertidas por el Teniente Coronel Juan Seguín, del ejército
de la República de Texas, se hallan inscriptas en español, en el mausoleo de
los defensores de El Álamo:
Compañeros de armas:
Estos restos que hemos tenido el honor de conducir
en nuestros hombros son los
de los valientes héroes que murieron en el Álamo.
de los valientes héroes que murieron en el Álamo.
Sí, mis amigos, ellos prefirieron morir mil veces a
servir el yugo del tirano.
Qué ejemplo tan brillante, digno de anotarse en las
páginas de la historia.
El genio de la libertad parece estar viendo en su
elevado trono de donde con semblante halagüeño nos señala diciendo:
"Ahí tenéis a vuestros hermanos, Travis,
Bowie, Crockett y otros varios a quienes su valor coloca en el número de mis
héroes.
Yo os pido que poniendo por testigo a los
venerables restos de nuestros dignos compañeros digamos al mundo entero.
Texas será libre, independiente o pereceremos con
gloria en los combates".
El
parte de batalla del Jefe Francés Trehouart a su gobierno, es el mejor homenaje
a los héroes argentinos: "Siento
vivamente que esta gallarda proeza, se halla logrado a costa de tal pérdidas de
vidas, pero considerando la fuerte oposición del enemigo y la obstinación con
que fue defendida la plaza, debemos agradecer a la Divina Providencia que no
haya sido mayor".
Mientras
que el Almirante inglés Inglefield, en su informe de guerra a la Corona
Inglesa, dice: "Bizarro hecho de
armas, desgraciadamente acompañado por mucha pérdida de vidas de nuestros
marinos y desperfectos irreparables en los navíos. Tantas pérdidas han sido
debidas a la obstinación del enemigo".
En
estos datos puntuales y esbozados sintéticamente, se advierte fácilmente,
varias semejanzas entre sendas batallas.
Más
allá del hecho de que son contemporáneas, pues solo hay una diferencia de siete
años entre las dos, el hecho sobresaliente es que en ambas batallas estuvo
en juego la soberanía de un país.
A
México le costó una cruenta guerra y la pérdida de su territorio. A Argentina
le costó que el dominio imperialista y colonialista cambie el rumbo de la
guerra por el sojuzgamiento económico que tendría su pico máximo en los
primeros cuarenta años del siglo XX.
Los
dos países que defendían su soberanía, tenían a un General que los presidía: Antonio López de Santa Anna
por México y Juan Manuel de Rosas por Argentina y los dos llevan
una de
en sus apellidos.
Por
otra parte, tanto en una como en otra batalla:
·
fueron retirados los pobladores y usadas sus casas como
fortificación,
·
se enfrentaron fuerzas totalmente desiguales,
·
se resolvieron en el transcurso de todo un día, comenzando en las
primeras horas de la mañana y finalizando al atardecer,
·
murieron notables personajes de la historia: Jim Bowie y David
Crockett en El Álamo y Antonio “El
Gaucho” Rivero, en la Vuelta de Obligado
·
fueron
recordadas en billetes de uso legal,
·
los sitios en donde ocurrieron, son lugares históricos,
con monumentos e inscripciones que recuerdan los hechos,
·
son consideradas como la mayor gesta de
la historia,
·
son dos hitos en sus respectivas
historias: “Recuerden El Álamo”
y “Día de la Soberanía Nacional”.
Las batallas en el cine
De la batalla de “El Álamo” se hicieron
dos películas. La más famosa es la dirigida y protagonizada por John Wayne (David Crockett), con Richard Widmark (Jim Bowie), Laurence Harvey (Gral. Travis), la actriz
argentina Linda Cristal y Frankie Avalon, Chill Wills, Patrick Wayne y Richard Boone entre muchos otros.
El film fue
nominado en varias categorías del Óscar de 1960: mejor película, mejor actor
secundario, mejor fotografía en color, mejor montaje, mejor guion original,
mejor canción (Dimitri Tiomkin y Paul
Francis Webster, por The Green Leaves of Summer), hermosa
música que es todo un clásico.
Si bien, la primera versión es
casi espectacular por su producción, se puede decir que posee varios clichés y
defectos, pero la segunda versión, titulada “El Álamo – La leyenda”, es una película
bastante floja. La protagonizan: Dennis Quaid, Billy Bob Thornton, Jason Patrick,
Emilio Echevarria, W. Earl Brown, Blue Deckert, Nick Kokich, Jordi Molla, Matt
O´Leary, Wes Studi, entre otros. Enseguida pasó al olvido.
De la “Vuelta de Obligado”, solo existe un documental y algunos esbozos
de batalla en pocas películas de carácter histórico.
El documental fue producido por Edu.ar para el Canal Encuentro y fue filmado
en los escenarios originales. Participaron
del mismo, soldados del Regimiento de Patricios, elementos de los Colorados del
Monte, gauchos, paisanas, miembros del Fortín Soberanía Nacional y actores que
personificaron al Gral. Lucio Mansilla y Petrona Simonino, entre otros.
Hay otro documental que narra los hechos históricos, realizado por los
rosarinos Calixto Vergara y Santiago del Río.
VIDEOS:
Alfredo Zitarrosa - La Vuelta de Obligado - en
vivo:
Batalla de la Vuelta de Obligado
FUENTES: El material propio estuvo enriquecido por: José
María Rosa. Historia Argentina. Tomo
V. Ed. Oriente * Francisco Hipólito Uzal. Obligado
la batalla de la soberanía. Ed. Moharra * Carlos Ibarguren. Juan Manuel de Rosas. Ed. Theoría * www.atp.com.ar
* Wikipedia.
Excelente repaso de la historia de dos paìses que lucharon por su soberania. Ademàs, el espìritu de sacrificio y gallardìa puesta de manifiesto por todos los combatientes, especialmente de sus lideres. La soberanìa nacional, se la defiende hasta con la vida. Gracias, señor Giordano, por hacernos recordar los hechos historicos que hemos sufrido los argentinos. Hoy, nuestros alumnos tantos primarios y secundarios, carecen de informaciòn de nuestra historia.
ResponderEliminar