“In memorian” - Daniel H. Lucero
(Villa Pancha - Arroyo Espera - Delta del Paraná)
¡Esta
vida de hoy, tan llena de símbolos y de siglas!
Apabullante
letrofilia y desbordante deletreo. Pomposidad exuberante de vocales y
consonantes que desbordan el papel, la PC y la impresora.
Lenguaje
psicodélico y caótico. Simpleza de oratoria y estreñimiento lingüístico que nos
tortura y avanza sobre nuestra historia de voluminosas enciclopedias y
bibliotecas milenarias que, obsoletas y polvorientas, nos miran desde anaqueles
sorprendidos.
Nuevas
palabras que parecen salidas de historias Orwellianas, o Bradburyanas; obtusos
y perimidos Asimoves y Huxleyes.
Caen
como castillos de arena los interminables y locuaces testimonios Vernesinos y
Christiesos. ¿Y qué de los Joyces y de los García Marquezinos?
¡Ohhh…
Platones, Diderotes y Alighieros!
¡Ohhh…
Balzaces, Shakespierinos y Proustinos!
“E
la nave va…”
¿Dove
va?
A
pesar de haber leído mucho, de haber escuchado mucho, de haber vivido bastante,
apenas he aprendido un poco de todo lo existente y hoy, en el penúltimo recodo,
debo empezar de nuevo. Porque me han cambiado el sistema, el alfabeto, el
lenguaje, el mundo bahhh…
Mundo
de plástico e indescifrable.
Mundo
virtual de virtualismo. Sin virtuosismo, viscoso y vano, vanidoso y volátil.
Venéreo,
vacío, vagabundo, vandálico, vaporoso, variable, vasallo, vedado, vejatorio y
vejestorio; velado, venal, venenoso, vengativo, ventajoso y verdugo;
vermiforme, vil, vicioso, violador, virulento, voraz, vomitivo y vulgar.
Te
veo en F o en T, mandame un mail por Yahoo por Face o Twittiame. ¿Sos .com o
sos .com.ar?
Si
querés nos encontramos en el chat o si te conectas, en MSN o por Skipe o en mi
Blogspot… ¿Vos tenes Web?
Hoy
el sexo es “ad honorem” y te lo
venden en figuritas por internet. Hacer el amor perdió el encanto y las minas
te la maman de parado en el subte sin saber siquiera quien sos.
Cualquier
pelagatos es “profesional” y compran su currículo en la ferretería.
Se
aplaude al ignorante y se escupe al estudioso.
El
saber pasó de moda y una comida compra todo. Mujeres, carreras y voluntades.
En
medio de ese caos pseudo informático y decadente, personas diseminadas por el
mundo, se agrupan para defenderse del latrocinio, de la hipocresía y de la
estupidez.
Son
los menos, pero son fuertes. Tratan de adaptarse pero sin renegar de sus
principios éticos y culturales.
Y
basados en esos principios, antiguos y férreos principios, responden con ese
nuevo lenguaje y le hacen frente a la vida.
Y
cuando oprimen el botón y se enciende la luz, sus voces se escuchan como un
grito de alarma, un grito de vida, un grito de amor.
Porque
es el amor lo que los une.
¡Es
la RADIO, lo que los une!
Y
entonces, como siempre pasa, se elevan, suben a lo alto y se cuelgan del éter.
Ríen,
lloran, blasfeman. Y unidos a ese cordón coaxial-umbilical-virtual, dan su
testimonio.
¡Es la RADIO, lo que los une!
Porque... ¡Es la RADIO, lo que nos une!
Nota del autor: “Te quiero mucho”, era la expresión con que se
despedía siempre de aquellos a quien quería, mi recordado amigo e histórico
jugador del Club Atlético Atlas, Edmundo “Pechito”
Segovia.
Este escrito, está inspirado en esa sigla, en
esa frase y en el sentimiento de un amigo radioaficionado fallecido.(Fotos: Mateo E. Giordano - Google)
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